domingo, 27 de mayo de 2012

Capítulo 3. La cosecha

Llevo como cinco minutos esperando allí sentada. Vuelve acarolado desde su casa.
-He venido corriendo. Ten, esto es para ti.
Me coge la mano y deja en ella lo que parece ser una cadena con la cara de un zorro. Sus ojos, nariz, boca y orejas están perfectamente perfilados.
-Oh, muchas gracias.- digo. ¿Me lo pones?.
-Claro.
Me doy la vuelta y el me lo pone por el cuello.
-Para que me recuerdes si alguno de los dos sale en las urnas.
Lo cojo y esbozo una sonrisa. Es hora de irse, de despedirse. Nos abrazamos durante unos minutos. Siento algo fuerte que me recorre el estomago. No quiero irme, por mi, me quedaría aquí el resto de mi vida. Nos soltamos y quedamos en la plaza para vernos.
Cuando llego mis hermanos y mi padre se han acabado el desayuno y ahora están comiendo. Es increíble como mi padre ha podido preparar una sopa. Lo miro, perpleja.
Me siento en la mesa, y sorbo un poco. No tengo mucha hambre por los nervios y por el abrazo de antes aunque digo que no esta nada mal. Visto a mis hermanos, con la ropa de la que siempre llevan el día de los juegos. Una camisa blanca y unos pantalones color marrón. Dejo a mi padre que los arregle mientras yo, me baño y me visto. No hay tiempo de calentar el agua así que me baño con agua fría. Me visto con un vestido naranja. Era de mi madre de hace muchos años. Me recojo el pelo en una trenza y nos vamos a la plaza. Cuando entramos en ella me fijo en la gran tarima que han construido. Hay una gran pantalla, donde se podrán ver los juegos conforme pasen los días. Me coloco justo donde están las chicas de mi edad y busco desesperadamente a Viters. Lo he encontrado esta a mi derecha. Asiente con la cabeza, y no tiene expresión alguna en la cara. Cuando dan las dos en punto, empieza la cosecha. Una mujer, alta, con el cabello negro, y con un vestido de color blanco, da toques en el micrófono.
-¡Bienvenidos y bienvenidas a los septuagésimos Juegos del Hambre! Vamos a elegir a nuestros tributos en la cosecha de este año. Las damas primero.
La mujer, va dando pasos hacia la urna de las chicas. Hay miles de papeletas y se decanta por una que hay en el fondo. Se dirige a decir el nombre de la afortunada.

Y es el mio.

Creo que me he mareado. La gente me mira, y la mujer me hace gestos con la mano para que suba. Suspiro, y doy unos pasos pero, me caigo. No puedo mantener el equilibro en mis piernas, que están temblando.
<<Se fuerte>> pienso. Unos Agentes de la Paz, me rodean y me llevan a la tarima. Después de esto, va hacia la urna de los chicos y coge una papeleta.
Que no sea el, que no sea el, que no sea el...
-Jale Paker.
Suspiro. Es un alivio que no halla salido elegido. El chico sube a la tarima, dando tropezones. Supongo que el también se habrá mareado, nadie se espera salir elegido.
Tiene aspecto de ser un chico más pequeño que yo, tendrá unos 12 años. Es de una altura aproximada a la mía, tiene el pelo oscuro, piel morena, y ojos negros. Recuerdo haberlo visto por el colegio, creo que tiene una hermana mayor a el. Nos damos la mano y suena el himno de Panem. Luego, nos conducen a el Edificio de Justicia, donde nos encierran en una habitación y vienen a despedirse nuestros familiares y amigos. Me siento en un sillón, a esperar. El picaporte de la puerta suena, y me pongo de pie para ver quien es. Mis hermanos se abrazan a mi cuerpo y uno de ellos decide preguntarme:
-¿Volverás, verdad?
-¿Verdad que volverás, a que si?.
-Claro...claro que volveré.- respondo abrazándolos yo más fuerte todavía. Aunque se, que no es verdad.
Es el turno de mi padre. Aparto un poco a mis hermanos, y mi padre, a pesar de no ser muy emotivo y no mostrar sus sentimientos, me abraza con todas sus fuerzas.
-Yo los cuidaré, no te preocupes. Por favor, usa la cabeza. Se que eres muy inteligente.
Asiento con la cabeza. Mis lágrimas resbalan por mis mejillas, calientes.
Se les ha acabado el tiempo. Un agente de la paz se los lleva, y me vuelvo a quedar sola en la habitación. Ahora me parece más vacía de lo que estaba antes aunque es muy lujosa. El siguiente en entrar es Viters. Se queda en la puerta apoyado mirándome. Pasan unos segundos, hasta que los dos nos acercamos y nos abrazamos. Siento mil emociones en el cuerpo. Alegría por que Viters no halla salido en la cosecha, tristeza porque no volveré a ver a mi familia, angustia por este mismo momento...Me acaricia la cabeza y me dice:
-Utilizala, por lo que más quieras, utilizala y si no es necesario, no mates.
Si, voy a llorar y bien, voy a llorar como sus ojos lo están haciendo.
-Te voy ha hacer de menos...Por favor, cuida de mis hermanos, aunque solo sea darles de comer....
Ni siquiera puedo hablar con claridad. Las palabras se me atragantan.
-Los cuidare todo lo que haga falta. Siento no habértelo dicho antes, pero que sepas, que te he querido muchísimo siempre, y espero, no, y se que vas ha volver y yo te estaré esperando allí, en nuestra roca.
Me he quedado muda, y sin expresión alguna en la cara. Me oprime contra su pecho mientras susurro:
-Yo...también...
Su tiempo se ha acabado. Sale de la habitación, con sus botas pesadas, y luego entra un agente me conduce  a la estación. Cuando bajamos del coche puedo contemplar mis ojos inchados, y mi nariz algo roja en la gran pantalla que se esta retransmitiendo por todo Panem. Agacho la cabeza, para que mi tristeza no se note. Montamos en un tren, que nos conducirá al Capitolio. Es grande y lujoso, de un color blanquecino.
Si, mi viaje será largo...

2 comentarios:

  1. No tengo palabras...el capitulo realmente te a quedado espectacular, muchas felicitaciones, sigue asi, aunque me hubiera gustado que te hubieras inventado un nombre para la comadreja..aun asi perfecto sigue asi ^^

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    1. Bueno, has venido aun "lejano capítulo" Jajajajaja
      Muchas gracias, me alegro que te guste :3

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