martes, 12 de junio de 2012

Capítulo 12. Sómmon.

Ya que esta misma noche, acaban de empezar los juegos, nos sirven una cena exquisita. Consta de primer plato, segundo, postre y tarta. Recuerdo cuando pasaba por la pastelería con mis hermanos y mi madre, y nos pegábamos a el gran cristal de fuera para contemplar las tartas mientras nos relamíamos los labios.
Dejo de pensar en tartas y me centro en mi plato.Creo que esta es la vez en la que he comido con menos modales de toda mi vida. Entre mis nervios y pensamientos que van a parar al estómago, estoy hambrienta.
Como en unos cinco minutos y no más. Cuando me quiero dar cuenta ya estoy por el postre aunque me espero un poco, he notado a Velva carraspear y gruñendo al verme comer tan deprisa.
Veo la gran botella de vino que hay en medio de la mesa.
-¡Bebe, bebe...!.- dice Lénart balanceando la copa que lleva con el poco vino que le queda.
-Bueno...-pienso.- por un poco no va a pasar nada, ¿No?, el ya esta hasta las trancas y Jale, esta alucinando por momentos.
Sorbo un poco y el liquido me recorre la garganta. Es abrasador pero a la vez es muy dulce.
Bebo una buena copa, y otra, y otra hasta tener la perspectiva de que el suelo se tambalea y los platos parecen caerse al suelo. Me intento comer la tarta, aunque sea un trozo pequeño. Me es muy difícil llevarme la cucharilla a la boca, se mueve demasiado. Por fin, termino, y desfilo por el pasillo hasta mi habitación. Si llevarme una cucharilla a la boca era difícil, esto lo será aun más.
Me apoyo en las paredes, pero me resulta inútil. Caigo en el pasillo de rodillas, con un hombro contra la pared. Aunque tengo los oídos un poco ensordecidos, noto como unos pasos se acercan detrás de mi y me levantan, llevándome a rastras, por el poco trecho que me quedaba hasta llegar a mi puerta.
-Gra...gracias...- murmuro, sin apenas hablar. Entro y me tumbo directamente en la cama, sin hacer nada y me quedo dormida.


                                     ---          


Los pasos de Velva, esta mañana suenan más que nunca. Y sus golpes en la puerta, también.
Abro los ojos, con un esfuerzo casi nulo. Me duele muchísimo la cabeza, apenas me mantengo en pie.
Veo una silueta borrosa, enfrente de mi. Me froto los ojos y compruebo que es Kaeba.
-Esta mañana se ha puesto unas botas...porque así suenan en mi cabeza.
Entro en el baño, y me miro en el espejo. Tengo la cara completamente roja, y los ojos un poco inchados y marcados por ojeras.
Tiro agua fresca sobre mi cara, despejándola. Busco entre los cajones de el lavabo cualquier tipo de corrector, o maquillaje para disimularlas.
No, no hay nada. Kaeba aparece detrás de mi con una barra en la mano. Con el dedo, marca por debajo de sus ojos.
-¿Lo llevabas en el bolsillo?.- pregunto.
Asiente con la cabeza.
-Muchas gracias.- digo con una media sonrisa. Me lo paso, me visto y salgo corriendo hacia la puerta. Antes de salir, me paro un momento y me miro en el espejo. Creo que me falta...MI COLGANTE.
¿¡Donde deje mi colgante!?
No puedo recordar nada con este dolor de cabeza y esta resaca. La última vez que lo tuve, estaba vistiéndome Só...Sómmon.
Me dirijo a la sala principal, y allí están todos sentados desayunando.
-¿A donde vas tan alterada?.- dice Velva. Pero su pregunta me trae sin cuidado. Me calmo, lo primero es desayunar.
Desayuno un buen bol de cereales con leche, y una taza de chocolate caliente. Escucho como comentan nuestros estilistas, y nuestros mentores la cena de ayer.
Observo a Jale de reojo, con la cara incháda y unas buenas ojeras. El también bebió anoche y no, no nos sienta bien el alcohol.
No pierdo de vista a Sómmon, necesito hablar con el sobre el colgante, tiene mucha importancia para mi.
Acabamos, y Lénart nos informa de que en una hora comenzarán los entrenamientos.
Hablo con Sómmon en el pasillo, lo he visto por suerte, no se donde iba tan deprisa.
-Necesito preguntarte una cosa.- le digo cogiéndolo del brazo.
-Dime.
-Por casualidad, ¿Tu sabes donde esta mi colgante?.
-¿A que te refieres?.
-Uno con la cara de una comadreja. Lo llevaba puesto antes de que me prepararas ayer por la tarde.
Se hace el silencio, y el mientras, piensa.
-Mmmmm, a si, lo tengo en mi habitación. Después de los entrenamientos te lo doy, no quiero que lo pierdas. Si tan preocupada estas es que tiene algo de especial, y lo entiendo.
¿Lo entiende? ¿Como va a entender que el recuerdo de una persona a la que jamás voy a volver a ver esta ahí?
-Bueno, gracias.
-A, por cierto, te he dejado el uniforme de los entrenamientos en tu habitación.- dice mientras se aleja.
Efectivamente, si que estaba mi uniforme preparado sobre la cama.
Kaeba ayuda a recogerme el pelo en una sola coleta, enrollada.
El uniforme es un conjunto de pantalón largo y camiseta de manga corta de color negro, con franjas rojas y grises. Detrás y al lado llevamos el numero de nuestro distrito, el 5.
Bajo a el Centro de Entrenamiento con Jale. Cuando se abren las puertas observo a los demás tributos, sobre todo a los profesionales, preparados para enseñar sus fantásticas habilidades, e intimidar a los demás tributos. Nos ponen en circulo alrededor de una mujer, que nos explica las reglas básicas para entrenar. Mientras, veo todos los puestos que hay para practicar. Esta el de lanzamiento de cuchillos, espadas y tiro con arco, un circuito de obstáculos, como preparar trampas, camuflaje, y allí esta, el de que supongo que se me dará mejor. Pruebas de agilidad mental.
Bueno, que empiecen los entrenamientos...

3 comentarios:

  1. Me encanta! Es simplemente ella, tal y como me la imaginaba! Aplauso a tu forma de esquivar el decir su nombre, quiero ver como te las sigues apañando. Espero que cuando empiecen los juegos, cosa que estoy deseando, se vuelva un poco más...¿como decirlo? Un poco más zorra! jajajaja, sigue así besitos:) ah y yo ya he puesto el cap.5!

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    1. Jajajaja, Muchas gracias :D
      Es que zorra queda MAL, haber si intercalo lo de Comadreja para que quede mejor :D

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  2. Si en algún momento no se te ocurre nada para su nombre le podrías poner Finch ya que ese es su nombre original...
    Besos

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